Escrito por: Lucas Puente
Negocios que agregan valor en contextos desafiantes, el reto de adaptación climática para las PECs
Cassandra es protagonista de una conocida historia de la mitología griega. El relato cuenta que Cassandra recibió el don de la profecía de Apolo, pero debido a la maldición que también le impuso, nadie creía en sus advertencias, a pesar de que eran ciertas. Cassandra iba a poder ver el futuro, pero nadie le iba a creer.
Hace casi 130 años (en 1896) un científico sueco llamado Svante Arrhenius calculó que si aumentaban las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera, la temperatura global iba a aumentar.
Afortunadamente la ciencia ha avanzado velozmente los últimos 30 años en innumerables áreas de estudio y disciplinas, incluso en materia de cambio climático y sus impactos. La ciencia ha llegado a un consenso en donde se ha concluido que debido a los efectos del cambio climático, millones de personas se enfrentarán a desafíos en términos de fenómenos extremos, seguridad alimentaria e impactos sobre la salud, desigualdad social y amenazas para las industrias. Estos impactos son, también, impactos económicos para nuestras sociedades en la escala de miles de millones de dólares.
Según la CEPAL los costos económicos del cambio climático en América Latina y el Caribe a 2050 se sitúan entre el 1,5% y el 5% del PIB regional.
En ese contexto, la forma en que nuestras organizaciones subsisten y agregan valor en nuestra región va a cambiar. En consecuencia, el cambio climático impone límites, restricciones y obliga a reorientar el paradigma productivo y los patrones de consumo. Aquellas organizaciones que no logren oír a la Cassandra del siglo XXI, perderán competitividad e incluso podrían desaparecer.
Ante ese escenario un tanto desolador, toca imprimir una cuota de esperanza, hacer foco y ponerse a trabajar.
A continuación te compartimos un ejercicio práctico para que puedas identificar oportunidades dentro de tu organización que te permitan generar un impacto social, ambiental y económico positivo en el presente y estar preparada para adaptarte a cambios en el futuro.
- Evalúa riesgos: Identifica y evalúa los riesgos climáticos específicos que pueden afectar a tu empresa, estos pueden incluir inundaciones, sequías, aumento de temperaturas, eventos climáticos extremos y cambios en los patrones de lluvia. Evalúa cómo estos riesgos podrían afectar tus operaciones, suministros, clientes y cadena de valor.
- Revisa tus operaciones: Diseña, actualiza o adapta la infraestructura de tu empresa para resistir los impactos climáticos como sistemas de gestión de agua eficiente, tecnologías de diversificación y ahorro de energía. Analiza si tu principal producto o servicio debería sufrir alguna adaptación.
- Revisa tu cadena de suministro: Evalúa la vulnerabilidad de tu cadena de suministro a los riesgos climáticos y trabaja con proveedores para mejorar la resiliencia. Diversifica las fuentes de suministro y considera la posibilidad de establecer acuerdos con proveedores resistentes al clima.
- Trabaja con escenarios: Proyecta un plan de continuidad del negocio que aborde distintos escenarios climáticos y asegúrate de que tu equipo conozca las estrategias. Recuerda ver cómo estos escenarios podrían afectar en la forma en que brindas tu servicio/producto.
- Define un plan: Desarrolla un plan para abordar los riesgos identificados, recuerda considerar todas las áreas de tu empresa, define roles y responsabilidades para la implementación.
Recuerda, la resiliencia climática es un proceso continuo que requiere de adaptación a medida que cambian las circunstancias climáticas. Al integrar estas medidas en la cultura y las operaciones de tu empresa, estarás mejor preparada para enfrentar los desafíos climáticos en curso. ¡Empieza hoy!
