El burnout es un fenómeno cada vez más reconocido que afecta especialmente a quienes están en posiciones de liderazgo. En América Latina, las mujeres líderes enfrentan desafíos únicos que pueden incrementar su probabilidad de llegar a este estado de agotamiento. Entender y abordar el burnout no sólo es crucial para el bienestar individual, sino también para la sostenibilidad de las organizaciones y la sociedad en general.

Vemos cada vez más mujeres colapsando por algo que sobrepasa el estrés laboral, y que al estar en posiciones de liderazgo no siempre se comparte con más personas; es una situación que muchas veces la vivimos solas.  Y el impacto que genera llegar a ese extremo es sumamente caro, no solo para la misma mujer que lo está viviendo, también para su entorno, para su empresa y para su propia familia.

Entendiendo el contexto

El burnout se manifiesta como un agotamiento físico, emocional o mental que surge del estrés laboral prolongado. Para las mujeres en puestos de liderazgo, este estrés se incrementa por las barreras culturales, la discriminación de género y la presión de manejar simultáneamente responsabilidades profesionales y familiares. Estos factores crean un ambiente propicio para el desarrollo del burnout, haciendo esencial identificar y abordar las raíces del problema.  Idealmente que pudiera ser con anticipación, sin embargo en nuestro contexto actual es altamente probable que nos demos cuenta que lo estamos viviendo hasta bastante tarde, y al borde de un colapso.

¿Por qué abordar el burnout entre las mujeres líderes?

El burnout en mujeres líderes no surge de la nada. Está alimentado por una combinación de presiones socioculturales, como las expectativas de género, y desafíos específicos del ambiente laboral, que incluyen:

• Presiones socioculturales:  Las normas y expectativas sobre los roles de género siguen siendo una de las mayores presiones para las mujeres. A menudo se ven obligadas a demostrar su capacidad, teniendo incluso un mayor rendimiento que sus colegas hombres, para recibir el mismo reconocimiento profesional.  Lo cual lleva también a incrementar la carga de trabajo para demostrar la “competencia” y “capacidad”.  Esta carga de constantemente “tener que demostrar” que somos tan capaces como los hombres puede ser sumamente agotadora, y definitivamente innecesaria.

• Desafíos en el entorno laboral por género:  La falta de apoyo de colegas y socios si hubiere, así como las limitadas oportunidades de avance profesional, agravan el estrés diario. En algún momento entrevistando a una empresaria, me comentaba que había tomado la decisión de sumarse a un colega hombre, tan solo para poder quitarse esa presión de género que tantas barreras le ponía frente a sus clientes; a pesar que ella era quien ejecutaba y creaba las estrategias para todo el trabajo de la organización. O algo que puede parecer tan normal para otros colegas como asistir a un evento de networking profesional en horarios fuera del trabajo.  Este tipo de actividades para una mujer empresaria líder, que también es madre de niños pequeños, la pone en una desventaja considerable; porque es un momento en el que eligió ir a casa a cuidar a sus hijos, y si elige ir al evento la culpa no la dejará en paz por un buen tiempo.  Nuestro sistema laboral actual, no ha sido diseñado para considerar los múltiples roles que una mujer juega.

• Carga de trabajo excesiva: Muchas veces, las mujeres en roles de liderazgo enfrentan una sobrecarga de tareas que excede lo razonable, especialmente en empresas que operan bajo modelos tradicionales altamente competitivos.  Suelen recibir cargas de trabajo relacionadas a servicio de otros miembros del equipo, o bien pueden estar en constante “malabarismo” entre ejecutar tareas de su trabajo y tareas personales/familiares.  Tengo innumerables historias en mi memoria, de mujeres comentándome como trabajan “multitasking” no por elección propia, más bien porque la carga es tan alta que no existe otra forma para ellas más que haciendo dos o más cosas al mismo tiempo.  Aún teniendo un claro respaldo que el multitasking disminuye nuestra eficacia considerablemente.

Estrategias de prevención y manejo

Prevenir y manejar el burnout requiere un enfoque proactivo que involucre tanto cambios personales como organizacionales. Aquí algunas estrategias efectivas: